Podríamos definirlo como un sentimiento, relacionado con el afecto y el apego, y resultante y productor de un montón de emociones, experiencias y actitudes. Pero la complejidad del sentimiento implicado en cada caso, hace que el amor sea especialmente difícil de definir de un modo consistente. Las emociones asociadas al amor pueden ser extremadamente poderosas, llegando con frecuencia a ser irresistibles o incontroladas.
A pesar de todo eso, si nos tornamos a lo meramente físico, el amor no es más que otro medio, creado por la sabia naturaleza, para la supervivencia de los individuos y de la especie.
Esta función real es difícil de admitir y comprender debido a que nos vemos fuertemente influenciados por las sensaciones que nos produce. Sin embargo, a día de hoy la neurobiología ya diferencia 3 procesos cerebrales distintos, regulados hormonalmente, y con una función biológica concreta, asociados directamente con el amor:
- El impulso sexual indiscriminado (sentimos cierto grado de excitación sexual, en mayor o menor medida).
- Es de breve duración.
- Su función principal es la búsqueda de pareja.
- Es regulado por la testosterona y detectable neurológicamente en el córtex cingulado anterior.
- La atracción sexual selectiva (sentimos pasión amorosa o enamoramiento).
- En el ser humano es inusualmente prolongado en comparación con otras especies (nos puede durar hasta 18 meses).
- Su función principal es la consolidación de la pareja.
- Es regulada, entre otras, por la dopamina en los circuitos cerebrales del placer.
- El cariño o apego.
- Es de duración indeterminada, aunque suele permanecer largo tiempo (puede prolongarse toda la vida).
- Su función principal es crear un lazo afectivo que permita la continuidad del vínculo en la pareja (para producir tranquilidad, estabilidad y otras sensaciones que mejoran la supervivencia).
- Es regulado por la oxitocina y la vasopresina, que también afectan al circuito cerebral del placer.
- CREACIÓN DE LA FIGURA A AMAR
Debemos saber (aunque es evidente) que no podemos enamorarnos de cualquiera. El roce hace el cariño, pero no el amor. Para el amor es necesario algo más y vamos a explicar que és.
Todos tenemos un mapa mental de la persona que deseamos, a pesar de que en la mayoría de los casos no lo sabemos o somos reaceos a admitirlo. Ese mapa es fruto de nuestra experiencia de vida, pero se ha demostrado que hay momentos y vivencias que aportan una mayor influencia en dicho perfil.
La mayor parte de ese "mapa" se crea en nuestra infancia, entre los 5 y 8 años aproximadamente, a partir de:
- Asociaciaciones con miembros de la familia y el entorno (amigos).
- Experiencias personales.
- Hechos fortuitos que marcan nuestras vidas, a veces sin saberlo.
En terminos generales, cada cual busca la pareja que cree merecer, pero esa creencia se confecciona según sus vivencias personales.
Además, según el sexo, la selección natural ha predispuesto una serie de características comunes en mujeres y hombres. Así pues, por ejemplo, se ha demostrado que el sexo masculino suele estar más interesado en "belleza y juventud", mientras que el sexo femenino se ve atraído por "riqueza y posición social".
- ENCONTRAR A LA FIGURA A AMAR
Algo que también debemos saber es que no sólo hay una persona que se ajuste al perfil creado, sino que podrían ajustarse multitud de ellas. Todo depende de cuan comunes son las características buscadas en el mundo.
Además, a veces nuestro subconsciente, por necesidad, nos puede jugar malas pasadas. Tiene la capacidad de mostrarnos, en quienes sólo tienen algunas de las cualidades, las que faltan; provocando a posteriori los conocidos desengaños y errores.
Otros factores importantes y necesarios para encontrarnos con el amor es nuestra disponibilidad en el tiempo y los elementos culturales. Hay momentos de nuestras vidas en los que no estamos preparados para sentir amor, ya sea por estrés, por el entorno,... .
Es nuestro subconsciente quien controla esa necesidad y esa disponibilidad frente al amor y quien hace saltar la primera chispa química.
- CONTACTO CON LA FIGURA A AMAR
Una vez que creemos encontrar a la persona a amar, nuestro cerebro desencadena una serie de estímulos en nuestro hipotálamo, el cual entonces envía los mensajes correspondientes (mediante la segregación de diversas hormonas) a las glándulas suprarrenales.
Recibidos los estímulos del hipotálamo, las glándulas suprarrenales comienzan a segregar mayor cantidad de ciertas hormonas:
- Adrenalina.
- Aumenta la glucosa en sangre, proveyendo a los músculos de un extra de energía.
- Aumenta la tensión arterial y el ritmo cardiaco, aumentando la actividad corporal.
- Dilata la pupilas, pudiendo incluso provocar ese brillo en los ojos que solemos asociar a los enamorados.
- Aumenta la respiración, pudiendo provocar ansiedad, nerviosismo,...
- Estimula al cerebro para que genere más dopamina (la hormona del placer y el deseo).
- Noradrenalina
- Aumenta la presión arterial.
- Proyecta hacia el hipotálamo, el tálamo, el sistema límbico y la corteza cerebral, señales neuronales importantes para controlar los patrones del sueño, aumentar los impulsos, aumentar la motivación, y activar el placer sexual.
- Feniletilamina
- Su producción en el cerebro puede desencadenarse por eventos tan simples como un intercambio de miradas, un roce o un apretón de manos.
- Puede producir vigilia, excitación, taquicardia, enrojecimiento, e insomnio.
- Estimula al cerebro para generar más dopamina.
Como el Sistema Nervioso Autónomo está directamente conectado y relacionado con casi todo el organismo, y especialmente con los músculos intestinales, las glándulas lacrimales, la vejiga y los genitales, se pueden producir comportamientos en los mismos sin una explicación aparente que modifican el comportamiento normal del individuo.
- Adrenalina.
- PASO DEL ENAMORAMIENTO AL SIMPLE APEGO
Los efectos producidos en la fase de enamoramiento producen un alto desgaste en el ser humano. Es por ello que tras un período en ese estado se producen una serie de alteraciones que nos llevan a una nueva etapa más sosegada.
A medida que los niveles de feniletilamina, noradrenalina y adrenalina disminuyen (sino el cerebro sería dañado químicamente) aumenta la producción de otras hormonas:
- Dopamina
- También está involucrada en la fase de enamoramiento.
- Es la responsable de que el cerebro desee algo y de generar placer.
- Se aumenta su producción para contrarrestar los efectos que provoca la bajada de adrenalina y noradrenalina (modificación de la presión arterial,...), los cuales nos producián un estado de euforia.
- Norepirefrina
- Regula la presión sanguínea, reduciendo la hipotensión que trajo la etapa de enamoramiento.
- Una producción en exceso podría provocar ansiedad, algo bastante común en el sexo femenino durante la transición.
- Oxiticina
- En el cerebro está involucrada en el reconocimiento y establecimiento de relaciones sociales (formación de relaciones de confianza y generosidad entre personas).
- También, dependiendo de a que zona cerebral afecte controla los patrones sexuales (está relacionada con el orgasmo y placer por contacto).
- Genera deseo sexual y estimula los neurotrasmisores que dan lugar a arrebatos.
- Aumenta el instinto paternal/maternal.
- En las mujeres, controla el útero para el parto y hace brotar la leche.
Como nota curiosa, podemos decir que la permanencia de la feniletilamina en el organismo es un factor importante en la creación del vínculo hacia la pareja y por ende, si el ser amado desaparece (por ruptura, muerte,...) la permanencia de dicha hormona en el cuerpo (de 7 meses a 4 años) será un desorden químico que afectará a nuestras emocional y comportamiento. Esto ocurre con el ciclo de otras tantas hormonas, provocando, en conjunto, el sentimiento conocido como desamor.
- Dopamina
Salu2,
elSant0
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